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A mi mentor,maestro y amigo JIM REPINE
“Hace no mucho tiempo desperté en la mañana y tenía setenta años. ¿Cómo puede ser?. ¿Cómo puede ser que tantos años hayan pasado, en lo que me parecía una noche?. Sin embargo, con suficientes recuerdos como para vivir otros setenta años más. ¿Dónde se han ido? ”.
Esto corresponde a un extracto del último libro que está escribiendo Jim Repine, “Golden Fall”. Un libro que recorre las aventuras de Jim, desde el cuestionamiento que le hacía su madre por el hecho de querer dedicar su vida a la pesca con mosca, a sus vivencias por el mundo a lo largo de ya siete décadas, en fin, explora profundamente las razones del por qué pescamos con mosca y cómo esta pasión nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos.

Pero, antes de contarles cómo conocí a mi querido amigo Jim, me gustaría que conocieran un poco más, quien es este Señor de la Pesca con Mosca.

Por más de veinte años Jim Repine fue considerado “Mr. Alaska Outdoors”. Visitantes y residentes valoraban sus consejos de pesca sobre “dónde ir el fin de semana”. Su humildad y vasta experiencia en su pasión por la pesca, lo llevaron a escribir columnas semanales en El Anchorage Daily News de Faibanks y producir, dirigir y conducir más de 200 capítulos de media hora de una serie outdoors que se transmitía en televisión a través de la filial de CBS, KTV-11.

Ha escrito cinco libros, entre ellos, “Fishing Alaska con Jim Repine”, “How to fish Alaska” y un excelente libro que todo pescador con mosca debiera tener “ Pacific Rim Fly Fishing ”. Fue colaborador de la revista “Alaska Outdoors” ayudando a ésta, a lograr una circulación de 80.000 ejemplares. Fue un importante consultor para que diversos lodges de Alaska fueran exitosos. Fue socio de una agencia que organizaba viajes de pesca, guiando a una gran cantidad de grupos y personalidades, entre ellos, Bob Hope, Joan and Lee Wulff, Leon Chandler, Mel y Fannie Krieger, Ted Williams, Frank Amato y muchos otros.

Ha escritos cientos de artículos para las más importantes revistas de América y el mundo. Entre éstas destacan la revista Fly fishing, California Angler, Fly Rod and Reel, Atlantic Salmon Journal, American Angler, etc. John Randolph, editor de la revista Fly Fisherman, muy bien comenta que Jim es un pescador que está convencido que si explora los suficientes ríos, inevitablemente encontraría su sirena. Y sin duda, que la encontró, su sirena es definitivamente la pesca con mosca, un hermoso lugar en medio de los Andes, y sin duda su esposa Sonia.

Se volvió tan conocido en Japón por los artículos que escribía, que una destacada línea de ropa outdoors lleva su nombre.

Se ha rodeado de los grandes como Lee Wulff, Joan Wulff, Mel Krieger, Lefty Kreh, etc. Incluso Mel Krieger, lo considera su mentor en la pesca de Alaska y Chile.



Jim Repine es sin duda un maestro y leyenda de la pesca con mosca, quién ha vivido sus 73 años ligados a esta pasión, tanto en Alaska, Canadá, Japón, Irlanda, Inglaterra, Nueva Zelandia y por supuesto nuestro querido Chile.

Jim creció en Richmond, Virginia, Estados Unidos. “Aprendí a pescar a temprana edad. Mi hermano mayor me llevaba a pescar en el manubrio de su bicicleta. Mi madre me enseñó a encontrar gusanos. Realmente atormenté a muchos gusanos en el Lago Lakeside”.

“Me uní a los Marines a los 18 años. Esto fue a mediados de los 50. Estuve un buen tiempo en Korea y después en Japón. Me enamoré de este país y su gente. Los Marines me trajeron de vuelta a Cherry Point, North Carolina. Al salir de los Marines, volví a estudiar a Richmond. Finalmente, llegó un día que no soporté más la cantidad de bulldozers. Muchos de los lugares que conocía de pequeño se transformaron en estacionamientos. Había decidido que antes de morir iba a conocer la verdadera naturaleza con la que había soñado toda mi vida. Australia, Nueva Zelandia y Alaska eran los tres grandes escapes del mundo. Me radiqué en Alaska durante veinte hermosos años”.

“Vine a Chile por primera vez en 1990 por asuntos de trabajo, donde unos americanos habían instalado un lodge. Me quedé por una semana, posteriormente volví y me quedé por tres meses. Y al cabo de ese pequeño periodo decidí que viviría en Chile. Me había quedado por 20 años en Alaska y estaba listo para un cambio. Conocí a Sonia en una fiesta. Ella tenía un trabajo de mucha responsabilidad y trabajaba largas horas. Sonia había enviudado hace diez años y criaba tres niños. Admiré todo lo relacionado con ella y me enamoré rápidamente. Ella por su parte sufrió una especie de “ceguera” y se enamoró de mi también. Nos casamos a los cuatro meses. Ambos teníamos estabilidad económica, pero decidimos, con los niños en el colegio, que debíamos hacer algo más, entonces nos decidimos por un lodge de pesca en Futlaeufú. La verdad es que no era lo suficientemente brillante como para que se me ocurriera otra cosa”

Pocas veces en la vida uno tiene la posibilidad de conocer a alguien que puede cambiar radicalmente la dirección de nuestra vida. Es así como Jim Repine tuvo esa influencia en la mía. La verdad, es que muy pocas veces he conocido a alguien que realmente me inspirara y que su humildad sea digna de admiración. Creo, que ya no hacen personas como él y que suerte tuve de conocerlo y compartir hermosas jornadas de pesca con mosca y en especial de lecciones de vida.

Mi primo Marcelo había conocido a Jim Repine, nosotros éramos cuatro amigos que siempre tuvimos una vida ligada a la naturaleza. De todas formas, poco habíamos escuchado de la pesca con mosca hasta que decidimos realizar un viaje a Linares junto a Jim Repine. Todos con muchas ansias de aprender y compartir al máximo con Jim. Yo sólo tenía 19 años. A medida que conversábamos iba entendiendo que para Jim la pesca con mosca no sólo se trataba de moscas y truchas, sino que de un medio que le había permitido seguir las huellas de sus sueños. Todo iba pareciéndome mucho más interesante y comenzaba a tener más sentido. Este nuevo hobby para mi, tenía todas las características de un estilo de vida que se acercaba mucho más a mi personalidad.




Este viaje fue inolvidable y marcó para siempre a todos los que fuimos. El nos enseñó, no sólo a castear y leer el agua para entender que mosca usar, sino a disfrutar la posibilidad que nos brindaba la pesca con mosca, de tener una estrecha relación con la naturaleza y tener inolvidables momentos con amigos.

Al cabo de unos meses de esa jornada de pesca en Linares, Jim me ayuda a organizar un inolvidable viaje a Estados Unidos junto a mi primo Marcelo. Recorrimos los lugares más increíbles. Yo aún era un novato pescando, y figuraba en el mítico Black Foot River en Missoula, Montana. Recorrimos muchos kilómetros pescando por todo Estados Unidos, inolvidable fue haber estado pescando en el Yellowstone Park. Dormíamos en el auto y despertábamos al lado de búfalos y ciervos. No podía creer que pescábamos truchas rodeados de toda esta fauna y hermosa naturaleza. Continuamos nuestra travesía hasta Colorado, donde nos esperaba un gran amigo Charlie Gillman, pescador con mosca y amante del outdoors. Nos hizo un inolvidable recorrido por el río Gunnison.

En fin, volvimos a Santiago agradecidos de Jim por la aventura que nos había organizado en su país natal.

Gracias a la influencia de Jim, aprendí a disfrutar la pesca sin estar preocupado de la cantidad que pescábamos, sino a disfrutar y hacer esta pasión más desafiante, ese tipo de pesca es la que quedaría en nuestro recuerdos. Pero, definitivamente una de las principales lecciones que aprendí pescando con mosca fue a conocerme a mi mismo y tener esos momentos de reflexión en los lugares de naturaleza indescriptible, sin ningún ser humano en kilómetros, acompañado solamente de mi caña y mis inseparables Chesapeake Bay Retrievers.

Me llamó mucho la atención que Jim, al igual que yo, siempre ha tenido una estrecha relación con sus perros que lo han acompañado a lo largo de su vida. Yo conocí a “Hatchi”, un hermoso Akita. El recuerda en su nuevo libro a su rodhesian ridgeback llamado “Jubal”, donde cuenta acerca de una increíble vivencia en su entrañable Alaska.

Jim y Jubal, recorrían un río en Alaska. Jubal siempre se mantenía caminando en frente, sabía que estaba en el país de los osos. Jim, aficionado a la fotografía, decide dejar su rifle sobre una roca, para cambiar el rollo. En ese momento, siente el gruñido de Jubal. Levanta su cabeza, y observa a un oso a toda máquina que se dirige sobre ellos. El oso pensó que ellos le iban a quitar su comida, un alce. Tenía sólo segundos para tomar su rifle y apuntar con precisión, pero finalmente no le alcanzó más el tiempo y logra tomar el rifle de los cañones y se prepara para golpear al oso. Menos mal que Jubal tuvo una mejor idea.

Jubal comenzó a correr rápidamente en forma circular rodeando al oso y mordiéndolo a medida que veía alguna señal de temor en él. Finalmente, el oso se dio vuelta y comenzó a correr en sentido contrario, perseguido por el valiente Jubal, que siempre mantuvo una distancia prudente de las garras del oso. En ese minuto, Jim ya tenía al oso en la mira de su escopeta, pero Jubal había tenido su día, había ahuyentado a un enrabiado oso, salvando a su amo y él no podía destruir ese momento dando muerte a éste. Finalmente, ambos se sentaron, uno al lado del otro, por un largo período, mientras Jim reflexionaba lo vivido y Jubal saboreaba su victoria.

Como en toda arte y sin duda la pesca con mosca no es la excepción, existe una tradición. Aquellos que vivieron esta pasión antes que nosotros, es a quien debemos respetar e incluso imitar y es así como debemos aprender de grandes hombres pescadores como Jim Repine. Debemos mantener nuestras oídos alertas para aprender, pero no sólo me refiero a su técnica y sus moscas, sino que a reconocer el verdadero regalo en la relación del hombre con lo salvaje, además del significado de ser un verdadero PESCADOR CON MOSCA.

Al final de uno de los capítulos del nuevo libro de Jim, describe lo importante que es vivir en plenitud el presente y por sobretodo disfrutar el regalo de nuestra relación como hombres, con la naturaleza y lo salvaje.

“La neblina comenzaba recién a levantarse, bajo una suave brisa. Toda la escena parecía encantada. Los rayos del sol comenzaban a tocar las copas de los árboles y además reflectaban una hermosa luz destellante sobre el agua”.

“Comencé a tomar fotografías de este hermoso escenario. De repente, el salmón más grande que he visto se levanta sobre el agua y pareciera que se hubiera colgado sobre el aire. Me preguntaba si mi madre había estado observando, para comprender el por qué yo quería dedicar mi vida pescando con mosca. Después, todo quedó en silencio.”

Al compartir momentos con Jim, escucharlo y leer sus libros, te das cuenta rápidamente que un verdadero pescador con mosca es mucho más que disfrutar del trofeo de la trucha que pescamos y de las aguas que lo cobijan.

Jim es un verdadero testamento, del cual me siento parte de perpetuar para las futuras generaciones. En la búsqueda de la sabiduría de nuestra herencia de la pesca con mosca, el horizonte no es el final, sino algo que debemos tratar de alcanzar. Debemos improvisar e innovar para ser mejores pescadores, más responsables, y mejores protectores de nuestro medio ambiente. En fin, Jim Repine ha sido definitivamente inspirador y sólo depende de nosotros que tomemos sus consejos y seguir pasando este legado que hemos aprendido en estas experiencias. Sólo espero, que seamos lo suficientemente buenos para nuestras futuras generaciones, como nuestros antecesores lo han sido para nosotros.




Cortesía.
Nico Sánchez / Editor /
Revista
Lineas & Moscas

www.pescador.cl