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Steelhead con Mosca Seca en el Mar?
¿En el mar?...¡¡¡SI…EN EL MAR!!! Aunque muchas veces quise escribir esta historia, absolutamente real por lo demás, diversas razones habían impedido que lo hiciera hasta que después de haberme contactado Leonardo y haberle contado esta historia, acepté su petición de hacerlo.








Todo ocurrió en los años que me encontraba viviendo en Punta Arenas, exactamente el año 2005, en plena temporada de pesca comenzamos a “datearnos” respecto de nuevos lugares para recorrer, y así supimos que algunos pescadores habían capturado “salmones” en el mar, mas exactamente en una bahía que hay en el Seno Skyring, al interior y al oeste de Río Verde, donde había funcionado una salmonera, así que con mi partner de pesca y compadre de toda la vida, Sergio Santelices Solo de Zaldivar, oriundo de esas australes tierras, decidimos ir a probar que tan ciertas eran las historias. La verdad es que hasta ese entonces nunca habíamos “inflado” esa pequeña bahía y si en algunas oportunidades habíamos pasado bordeándola pero nuestro rumbo era el Río Pinto, una de las veces guiando a 6 gringas que específicamente querían probar ese río que está mucho mas adentro, pero eso forma parte de otra historia. Normalmente solo alcanzábamos a llegar a humedecer nuestras moscas en el “Río Pérez” que está antes de la bahía milagrosa donde se suponía que ahora estaba la pesca.

Salimos de Pta. Arenas relativamente temprano, y como a las 10:00 hrs, ya estábamos en el cerro desde el cual se domina la bahía: era una taza de leche, ni una gota de viento, lo que allá es casi un milagro, y desde la altura era claramente perceptible algunos “borbollones” en ese espejo de agua, muy cerca de la orilla.
Intrigados nos acercamos para tratar de identificar quien era el responsable de esto y que estaban haciendo. Luego de unos instantes en que las vimos “lomear” no nos quedó ninguna duda de que se trataba de “truchas” y por tratarse de mar debían ser “steelhead” escapadas en algún momento de las balsas jaulas de la salmonera o descendientes de estas. Rápidamente armamos nuestros equipos y como no entendíamos mucho “que” estaban haciendo, ya que no concebíamos alguna “emergencia” de insectos ¿¿¿en el mar???.
Todo era muy extraño en esa conducta nunca vista por nosotros antes en ese ambiente, ya que no era que estuviesen “saltando” sino que lomeaban y hacían los borbollones típicos de alimentación.

Partimos probando con sinking tip, pero cada vez que lanzábamos unos 50 cms delante de la última subida de una trucha, al caer la línea al agua, era evidente que estas se asustaban y huían, apareciendo a unos 20 mts. de distancia repitiendo la misma conducta. Después de varios cambios de moscas pasando por ahogadas, de mar, salmoneras, ninfas y las muy famosas: “de-un-cuanto-hay-fly” opté por irme a la línea floating y poner alguna mosca seca…el problema era ¿qué?¿cual?.

Probé con una Adams….resultado; nada. La mosca caía delante de la trucha y huían despavoridas….solución: alargué el líder hasta…5 metros. Como no había nada de viento me di ese lujo en la patagonia. No obstante que después de este “arreglo” ya no se asustaban pero tampoco les interesaba la mosca.
Llevábamos un par de horas “tratando” de pescar y NADA y la bahía continuaba llena de truchas haciendo “subidas” y “lomeando” por todos lados. Al borde de la desesperación, después de probar hasta la Chernobil Ant y la Club Sándwich Hopper, entre otras “barbaridades”, (con el debido respeto por esas moscas muy rendidoras en otras locaciones) me senté en la orilla “semi derrotado”…había que esperar la iluminación divina…y esta llegó convertida en una pequeña cosa que se posó en el vidrio de mis lentes (una de las pocas veces que he dado gracias por usarlos).

Con mucho cuidado me los saqué rogando que no se volara antes de identificar ese mensaje del Señor, logrando ver una muuuuy pequeña hormiga alada negra…o era un avispa negra pero muy pequeña, conclusión ESO había que probar, debían estar cayendo sobre el agua y las truchas se estaban dando un festín con ellas y como eran tan pequeñas era casi imposible verlas sobre el agua.
Ahí también di gracias a mi condición de “equeco” ya que siempre llevo todas mis cajas mosqueras, aunque sea en la mochila, uno nunca sabe cuando va a necesitar justo la mosca que está en la caja que se quedó en casa, pero afortunadamente mi “cajita de moscas casi invisibles” provista de imitaciones en anzuelos 18, 20 y 22 estaba ahí, encontrando un par de imitaciones perfectas del bicho en cuestión….líder 5X y de “guata” (léase: decúbito abdominal”) desde la playa lancé hacia donde presumí iba a hacer el próximo borbollón una de las truchas que merodeaban a unos 5 mts., de la orilla….resultado: apareció en la superficie al lado de mi mosca una hermosa cabeza de acero, que casi con parsinomia, tomó mi mosca y la introdujo en las profundidades, por lo que de inmediato levanto la caña y clavo el anzuelo…..aceleración a fondo y comienza a salir línea, backing, chicharra del freno a full….hasta que a unos 40 mts al interior se mostró: una hermosa steetlhead saltaba a esa distancia con mi mosca en un anzuelo 18 y con un líder 5x…Si me disculpan creo que la expresión: “no le cabía una aguja” se puede aplicar a mi situación.





Luego de unos 20 minutos de pelea con el tratamiento mas sutil del freno del carrete que pude hacer, logré traer a la orilla a esa espectacular y peleadora steelhead, fotos y al agua. Sobre la marcha vino el traspaso de información a mi compadre Sergio que para variar le faltaba “esa” mosca, así que le paso la compañera que quedaba en mi caja y comenzó el festín con las steelhead del Seno Skyring, experiencia que repetimos en oportunidades posteriores hasta que se acabaron, presumo que por la acción del “homus depredatorus” ya que de a poco comenzó a ser “el viaje” de pesca del fin de semana para muchos ¿deportistas? en donde incluso tuvimos una bizarra experiencia con un lobo marino que quedará para otra historia.


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