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Historias de río
Me encontré en la operación de pesca "Patagonia Norte Lonquimay" de Eduardo Anguita y Javier Viñuela, ya estábamos deacuerdo que los integrantes de la flotada en el Cataraft por el Bio Bio, era Javier como guía, Pablo Cifuentes y yo como pescadores. Ya el día anterior nos habíamos puesto deacuerdo que flotaríamos el cañon en donde encontraríamos buenas truchas en los pozones y así lo fue.








Luego de haber bajado en sus rápidas aguas, un sorprendente truchon de por lo menos 4 Kilos se me soltó a menos de un metro de mis manos, lo atrinque mucho con mi caña Orvis T•3 numero #6, en el momento que lo arrastre hacia la embarcación, se zafo de la mosca y se escondió justo ahí mismo donde me había picado, en la muralla del gigante cañon del Bio Bio. Era mi trofeo de las rápidas aguas de la Novena región. Luego habíamos quedado flotando en el remanso del pozon contemplando aquel fario de tamaño descomunal que lentamente aguas abajo volvia a su refugio.
Aun recuerdo la tensión de mi caña, el chillar de mi carrete y la emoción al saber que en este río de la novena región, esconde truchas realmente sorprendentes.





La pesca había comenzado bien, Pablo había perdido por lo menos dos piques buenos vi como una trucha rehusó su mosca a orillas del ponton del Cataraft , pocos piques por el momento, pero truchas que parejamente sobrepasaban el kilogramo de peso.



Luego paramos en uno de los tributarios del río, subimos a explorarlo, aun las aguas eran muy rápidas para poder encontrar lugares precisos en donde podía poner la mosca.
Pero ahí estaba el lugar, detrás de una piedra, la separación de ella a mi no eran mas de tres metros de largo. Solo pose la moscas seca y subió una trucha de por lo menos 300Gms a tomarla lentamente en el rápido caudal, realmente una subida de lujo que me dio una trucha que a mi gusto valió más por la tomada que por el tamaño.





Mas tarde comenzamos con el descenso río abajo, hasta que de pronto sin querer en un giro del cata en un rápido, al querer presentar al otro lado del cajón natural del río, los largos metros de línea pesada que tenia suelta, fueron a parar a la cabeza de mi compañero de pesca.
Un hecho lamentable, pero que fue sin querer nos trajo un momento traji-cómico, ya que era la primera vez que le enterraba una mosca a mi compañero de río. Pensamos que había quedado puesta en el gorro, pero cuando la movimos nos dimos cuenta que había pasado la rebaba hacia abajo.

Las alternativas eran una de dos, seguíamos pescando y más tarde veíamos la mosca, o simplemente bajábamos rápido para poder ver la cabeza de Pablo. Y así fue, Pablo se fue al Hospital de Lonquimay, en donde le dieron vuelta el anzuelo y le sacaron la rebaba, para luego quitarle la mosca de la cabeza.





Dejamos de pescar a las 5 de la tarde, ya teníamos el día listo y con una mosca en la cabeza que teníamos que sacar, gracias a la rápida gestión de Eduardo Anguita, salio todo perfecto. Pero quedo en mi recuerdo un gran fin de semana, en donde conocí a un pescador de bajo perfil ,que gusta de la pesca elegante, lideres finos y además ocupa sus propias moscas.
Con mucho afecto esta nota para mi amigo Pablo Cifuentes, un pescador apasionado por la mosca seca y conservador de la región de la Araucania.

"Pesque sin rebaba, su cabeza y la trucha se lo agradecera"

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