Inicio
Editorial
Reportajes y Artículos
Moscas
Entomología
Fotografía de Pesca
Enlaces
Contacto

De vuelta por un estero, en el Seno de Reloncaví
Muchos años fui de pesca a Ralún, conocido lugar por los pescadores deportivos, de su gran barra por la entrada del río Petrohue al mar y de la calidad de truchas y ahora Salmones que retornan a sus aguas para aparearse y terminar sus días en estas frías y cristalinas corrientes del la X Región.
Para mí, con 16 años de vida y a la orilla de este inmenso río, era prácticamente imposible pescar.

La atracción era magnifica, el agua transparente, y los grandes animales que de ves en cuando saltaban fuera del agua a mostrar su fuerza y esplendor...
Lamentablemente para mi era casi imposible llegar a la distancia a la que se ubicaban estos grandes peces, entonces uno de los días que me encontraba allá, decidí caminar hasta encontrar un estero, de aquellos que siempre se encuentran esas grandes truchas que tienden a subir y que de ves en cuando toman una mosca para alimentarse!!

Fue así entonces como encontré, un pequeño estero, aguas color café que incluso desde el puente que pasa por sobre éste, se veía mas menos turbia el agua, pero que, igual me atreví y decidí bajar e intentar unos lances, que para este caso la única manera era con un Roll Cast, debido al tan reducido espacio que existía producto de la vegetación exuberante del lugar, saqué la única caja de moscas que para mi, en ese momento, era mi gran tesoro, elegí una wolly verde con el lomo naranjo y un hackle castellano, muy lastrada, debido a que el estero es un poco profundo, con mi única línea, una flotante número 7, dejo caer la mosca en una pequeña corriente, en donde al termino de está sobresalía un coligüe con muchas ramas y hojas de la mata, dejo pasar la mosca por debajo de esto, y al momento de levantar la mosca una gran Trucha Arco iris, de mas de dos Kilos (aprox, yo era pequeño y mi entusiasmo pudo jugarme una alucinación),asoma tomando la mosca y atacándola con ferocidad, yo a dos metros y medios aprox.. de la trucha en el agua, quedé pasmado y no supe ni que hacer, obviamente no pude ni siquiera responder el pique de tan magnifico animal, pero en unos segundos desperté de mi sueño y volví a lanzar en el mismo lugar, y antes de que asomará la mosca por detrás del coligüe, un pique fuerte y pronunciado, se deja caer en el largo de mi caña, y respondo en el instante con un enganche fuerte hacia el lado, dejando firme la mosca en el hocico de la trucha, entonces vino lo mejor, cuando trató de arrancar estero abajo, pasando por unos pozones muy profundos, los cuales eran atravesados por reja de alambres, troncos, etc, y yo haciendo el máximo de piruetas para poder seguir a la trucha y no perderla antes de poder sacarla, luego de haber caminado, por unos 100 o 150 mts, estero abajo, llego a un claro detrás de la trucha, la cual descansaba en unas matas de pasto quedando a merced de mí, pero antes tenía que llegar hasta donde estaba la trucha, y para eso debía cruzar el estero que en esa parte tenía como profundidad unos 1.50 mt. A lo cual no me resistí ni un segundo en atreverme a cruzar, y yo con unos 1.60 de altura y con el agua casi hasta el cuello, me dispuse a cruzar, pero al momento de caer en lo mas profundo del estero, mi contrincante en ese momento, sale como torpedo nuevamente hacia la desembocadura de este estero, al cual quedaba casi entrando al estuario, comprenderán que no pude cruzar el estero y por lo tanto no fui capaz de traer aquella trucha hasta mis manos, se fue con mosca y líder y no hubo caso, pero la casi hora transcurrida desde que la enganché hasta que me corto, era ya mucho para mí, ya era hora de regresar al camping con mis padres a quienes les contaría la historia.

Fue tanto el entusiasmo que desprendí en mi historia, que capte la atención de mi padre, quien no es Pescador pero que se intereso por conocer el estero y acompañarme , al día siguiente, una ves que él vio el lugar tomó una mejor decisión y bajamos al estero por el lado contrario al que yo había andado el día anterior, y cuando llegamos al lugar donde perdí la trucha, bajo unos coligües que se encontraban con sus ramas extendidas hacia el estero, de pronto bajo ellas 5 truchas de igual o mayor tamaño que la que se me había escapado el día anterior, yo estaba feliz y mi padre, obviamente quiso transformase en pescador, me quita la caña y en tantos intentos de lances perdió 5 moscas de mis favoritas, por sobre las ramas de coligües, cuando logré quitarle la caña ya solo quedaban dos truchas debido al alboroto de mi papá por sacar a tirones las moscas de las ramas, Entonces era mi turno y de un solo tiro llegué donde se encontraban el par de truchas bajo aquellas ramas de coligüe, la mosca esta ves una wolly verde solamente, ya que todas las que tenían el lomo rojo o naranjo que eran como 4, mi padre las había perdido, en seguida de caer la mosca, nuestro pez se dirigió hacia ella, y yo con mas entusiasmo que nunca vi entrar la mosca en sus fauces, dando la gran clavada al animal, la cual esta ves terminó en mis manos y luego en el estero del cual les hablo.... para nosotros los pescadores hoy en día es algo que no pasa de ser un día normal de pesca, pero para un adolescente de 16 años, les aseguro que fue mucho mas emocionante que cualquier experiencia con grandes truchas en un estero cualquiera...

El lugar aun existe, y con tal cantidad de truchas como les he comentado, pero solo los que me acompañan en alguna jornada de pesca tienen la prioridad de conocer dicho estero, que hasta el año pasado estaba alejado de los depredadores humanos, que no deberían existir....


Desde la zona central de Chile......

Ángel González Jiménez...
E-Mail : argonzalezj@hotmail.com
www.pescador.cl