Que tal!!! - Me dijo un amigo cuando llegamos nuevamente al río, “una vez más”-les dije. En mis cinco viajes a Tierra del Fuego he llegado siempre al mismo destino, un lugar paradisiaco dentro de la Cordillera de Darwin, entre Guanacos y Baguales. Armamos nuestro aparejo de pesca y enfrentamos el río. Yo sabía que la pesca era dura, pero junto a unos amigos empezamos a darle pelea al río...
“También sé que las Steel Head entran con la marea alta de la tarde”- les relataba mientras calentábamos las muñecas en las correderas y curvas del río, tratando para algunos de descifrar la mosca más precisa para cuando las truchas estuviesen en el lugar. Al cabo de unas horas de pesca empiezan a entrar los primeros peces al río y uno de mis compañeros clava uno gritando “¡es un Róbalo, un Sea Bass!”, “¡bien!”-dije yo, “ya se acerca el momento”. El róbalo es un pez más bien despreocupado, por así decirlo, entra con las más mínimas variaciones de marea y, una vez que se logra completar la llenada del mar y hay una mayor masa de agua en el río, entran con mayor confianza las truchas de mar que en este artículo hago mención.
Me referiré a las Steel Head. No pasó ni una hora cuando dos de mis compañeros de viajes ya estaban luchando con un par de maravillosos peces. Seguido el transcurso de la tarde logramos revolcar un par más de estas magnificas truchas que viven en los fiordos de Tierra del Fuego. Transcurridas las horas se escucha un gran grito de mi amigo Alvaro, quien grita……”¡ayuda!”, al cabo de unos minutos aparece su compañero de pesca a prestarle apoyo, las primeras palabras……… “la tremenda trucha que clavaste, Alvaro, la cagó!!!” .Una gran lucha es la que relata, una sacada de línea, saltos y varada, un hermoso ejemplar de Steel Head de 7 KG, su respectiva foto para el recuerdo y al agua pez!.- “Es mi primera trucha de mar y con esto yo estoy pagado”- dice Álvaro. De esta forma seguimos dándole al río. Otros compañeros logran levantar unas más, ya logrando divisar con gran escándalo en la superficie estos hermosos peces que se muestran a cuerpo completo en las curvas del río. Yo por mi cuenta también logro clavar varios ejemplares y, para no hacer más largo este cuento, les dejo las imágenes, ya que hablan por si solas...
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