Terminado el día y con la felicidad de haber logrados varias capturas, nos fuimos al merecido descanso, después de todo un año sin lanzar, la cabaña nos esperaba, luego de ponerlos cómodos y servirnos algo para animar la conversación, definimos las tareas para preparar la cena, Waldo se llevo los aplausos quien se ofreció para preparar la cena con las ensaladas y agregado para el asado, a mi me toco hacer el asado, Cristian se ofreció paran prender el fuego, según él, con la mejor técnica que tenía, gastando sólo un fósforo, y lo logro. (nuevamente aplausos) Claudio se ofreció para hacer el asado del segundo día. El asado y cena resulto muy bien, la conversación se extendía y la hora pasaba. Luego Claudio y Waldo se fueron a dormir, estos muchachos viajaron desde Santiago en auto, por lo tanto el cansancio le paso la cuenta y la hora decía que era más que razonable para descansar, nos esperaba un nuevo día completo de pesca y aventuras.

El segundo día 9 de diciembre, nos levantamos como a las 09:00, había que recuperar muy bien a la gente de Santiago, no fuera hacer cosa que el sueño lo venciera en pleno río. Waldo y Claudio casi no desayunaron, tomaron algo liviano y nada más, al contrario de Cristián y yo el desayuno parecía más a un almuerzo, después de recuperar energías, rápidamente equipo arriba del auto de Cristián y el estero Pocolpén nos esperaba a 14 kilómetros de nuestra cabaña, teníamos que ser muy cuidadoso con las truchas, las aguas muy claras y cualquier movimiento brusco en el agua seguro que espantábamos a las truchitas, lo otro que muchas técnica para lanzar, como estero cordillerano tiene mucha vegetación y árboles alrededor, como puede verse en las fotos. Claudio fue el primero en lograr la primeras capturas, y lo hacía notar avisándonos a todos, como señale anteriormente no hay registro de fotos, ya que Claudio era quien llevaba su cámara y no le daba tiempo de sacarla de su mochila, el porte de las truchas de acuerdo al estero, chiquitas.

El día caluroso en varias oportunidades descansamos en alguna buena sombra en medio del agua sentado en piedras que nos servían de asiento, la pesca estaba lenta, pocas picadas, luego decidimos volvernos al auto que lo dejamos en una casa de la gente que vive por esos lugares haciendo Patria. La señora dueña de casa nos esperaba con rico pan amasado caliente y algo de almuerzo que nos preparo, luego de reponer energías y tener una grata conversación bajo la sombra de los cerezos de don Héctor Martínez el dueño de casa, quien nos contaba de sus proyectos y dificultades que viven cuando el invierno es demasiado crudo, nos preparamos para seguir con nuestro objetivo de pesca, nos dirigimos al río Trancura que se encuentra a unos pocos kilómetros bajando por el mismo camino desde Pocolpén, río con aguas claras y con bastante cauces en esta fechas, divisamos algunas truchas que se escondieron con nuestra presencia al acercarnos en la rivera, el aviso es que hay truchas.


El primero en probar y meterse al agua fui yo, quien doy aviso al grupo para que considerara el agua bastante helada y estaba un poco hondo, los muchachos de Santiago, se atrevieron a seguirme y se encontraron con el agua muy helada ya que lo hacían con pantalón corto, al igual que yo sentí frío y salí a buscar mi cortaviento el wader lo use siempre. Waldo y Claudio volvieron al auto por sus wader, las condiciones no estaban para seguir con pantalones cortos, sin embargo Cristián lo hacia con sus pantalones corto y metido en el agua, no duro mucho, pronto tuvo que irse al auto, volvimos de nuevo a buscar las truchas que prometía este río, a todo esto teníamos mucho viento, en ese lugar estamos rodeados de cordillera por lo tanto el viento pasaba fuerte por el río. Pero esto no impidió que pudiéramos lanzar, cada uno hacia uso de sus técnicas y ganarle a viento y poder presentar nuestra moscas, nuevamente intentamos buscar las truchas bajo el agua con ninfas, la Prince. La verdad que no tuvimos lo resultados positivos, ninguna picada por mi lado y el resto del grupo también. Decidí hacer un dropper para aumentar mis posibilidades de captura y ver se la actividad de las truchas estaban bajo el agua o en la superficie, use una ninfa Prince y una mosca seca Stimulator (atractora) en ese momento me encontré con Claudio quien me comentaba que no había picadas, le señale que intentaría con este dropper, Claudio se quedo esperando haber que pasaba, el lugar era correntoso pero al otro lado prometía una picada a la mosca seca, había que lanzar de tal forma que la corriente no me arrastrará la línea rápidamente de lo contrario no lograría el objetivo, a mi espalda muchos árboles, realice unos lanzamientos en falso para calcular la presentación de la mosca, presente y subió una trucha a tomar la seca, pero la corriente se llevo la línea muy rápido...y la trucha no pudo tomar la mosca, y a intentarlo de nuevo la presentación fue mejor, la mosca seca duro lo suficiente para tentar a esta truchita, mientras Claudio miraba en que terminaría todo esto.

Otro intento, de nuevo lo mismo sube la trucha a tomar la seca y nada, el último intento, pero la truchita que nos deleito un rato ya no estaba...fue entonces que el grupo toma la decisión de llegar a rió Maichín, donde empezamos nuestro primer día, a todo esto eran como las 18:00 horas, nos quedaba tarde todavía con arto sol, al llegar al río de nuevo a repetir con ninfas la Prince y oreja de liebre que use yo, comenzaron las picadas y a celebrar...fue así como le pedí a Claudio que estaba cerca que registrara en su cámara fotográfica una de mis capturas...es la única foto que tengo con una truchita, para la próxima salida habrán mucho más.

Son cerca de las nueve de la noche, es buena hora para regresar a la cabaña y despedir esta linda primera jornada de esta temporada de pesca, con la idea de no querer regresar a nuestras tareas cotidianas y a abandonar estos lindos paisajes con sus ríos y esteros con agua claras y limpias aptas para practicar nuestro deporte favorito, con la cordillera imponente testigo de nuestra presencia y el viento del río Trancura que no olvidaremos, que nos dificultaba presentar nuestra mosca, nos tenemos que resignar a regresar, esta hermosa jornada termina por hoy...nuestro trabajos nos esperan el día lunes...ya tendremos otra revancha...


El la cabaña Claudio cumple con hacer el asado, Cristian encendiendo el fuego con su técnica de gastar un solo fósforo, Waldo y yo preparando lo suficiente para el asado y disgustando un rico vino tinto, despedimos este encuentro de un grupo de personas que a pesar de la distancia en que vivimos, nos juntamos en este lindo lugar de Curarrehue IX región, para disfrutar de la pesca con mosca, la naturaleza y todas las aventuras que se pueden vivir en una jornada....

Llego la hora de dormir, mañana domingo 10 de diciembre, hay que entregar la cabaña, recoger nuestras cosas, cargar los autos y partir, esta jornada ya es historia, y queremos compartirlas con todos nuestros amigos que practican este lindo deporte de pescar con mosca.


Waldo y Claudio se van primero en su auto, el viaje es largo a Santiago hace calor, son las 11:00 de la mañana, con Cristián nos quedamos revisando los últimos detalles, entregamos la cabaña y nuevamente de regreso a Temuco, en la carretera nos encontramos por última vez con Waldo y Claudio, nos pasaron en su auto, seguramente pasaron a comprar provisiones en Pucón, fueron los últimos saludos de despedida...y deseándole un feliz retorno a sus hogares...

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