Vertientes del Aconcagua, como otros, es un coto de pesca ubicado a 100 km. de Santiago, que a diferencia de sus similares, tiene una particularidad. Se encuentra ubicado en medio de un bosque de sauces, espinos y arbustos, que hacen del lugar un espacio de naturaleza al borde del río Aconcagua. En medio de este bosque, a veces impenetrable, un estero trasparente se une con un brazo pequeño del río Aconcagua (levemente turbio), para formar el curso de agua pescable, al que su dueño, además de las especies propias de ese curso de aguas, pejerreyes y carpas, ha introducido tanto truchas arcoíris como truchas café.
El coto se compone de una laguna, y unos 400 metros de río, que tiene diversos posones y correntadas con truchas. El sábado me dediqué, junto a Martín, y un amigo, Nicolás Goles, a recorrer cada tramo del río en forma acusiosa, para poder determinar la calidad de la pesca del lugar y la forma en que debía ser pescado.
Las diversas situaciones de pesca que podemos encontrar en él, hacen que sea un lugar apto para todos los niveles de pesca. Ya que encontramos en algunos posones y en la laguna, una gran cantidad de truchas, ideal para llevar a un inexperto a capturar sus primeras truchas. Pero para los más experimentados, existen algunas aguas que exigen más experiencia y delicadeza en las presentaciones, ya que podemos encontrar en algunos posones árboles y arbustos que exigen lanzamientos precisos y con poco espacio.
La pesca que realizamos fue hecha con ninfas y con moscas secas. Las principales ninfas que usamos fueron: Prince, Phesant Tail, Hare’s Ear, imitaciones de midges y Copper John, en tamaños 14-18, y las moscas secas que tuvieron mayor éxito fueron las Humpy, Chernobil Ant y diversos colores de Fat Albert en tamaños 10, 12 y 14. La pesca fue muy entretenida, y las truchas se mostraron activas todo el día tomando en superficie algunos insectos de midge, mayflies y caddis, lo que hizo muy activa la jornada de pesca.
Las truchas arcoíris dominan las aguas, y tienen un tamaño aproximado de 250 gramos, mientras que las truchas café, de menor concentración, alcanzan los 300 a 400 gramos. Pero en ambos casos, son truchas muy vigorosas y tremendamente peleadoras para su tamaño. Para poder disfrutar cada pique, pescamos con cañas número 2#, y tuvimos, no obstante el tamaño, luchas muy interesantes, y pescas a veces muy desafiantes.
Como les comenté, es un lugar que vale la pena visitar, idealmente para principiantes, pero que esconde algunos sectores de mayor complejidad que hacen que pescadores más avanzados puedan disfrutar. Es absolutamente recomendable para que un padre enseñe a sus hijos a pescar, o para enseñar a pescar a su señora o polola.
A continuación, algunas fotos del lugar...
El día 24 de Octubre se inaugura un nuevo coto de pesca cerca de Santiago, llamado “Vertientes del Aconcagua”. Con ese motivo, su dueño, Martín Frías, me invitó a conocer el fin de semana recién pasado las aguas de su coto para probar la pesca. En resumen, me llevé una grata impresión. A continuación les cuento como fue mi experiencia en ese lugar.
